Seguramente lo reconocerán pues lo he citado ya varias veces hablando de otros temas en el pasado. Se trata de Robin Sharma, el famoso autor de “El Monje que vendió su Ferrari” y toda su saga de más de 5 libros y otros más, y conocido conferencista y consultor de las más importantes empresas a nivel mundial en Liderazgo y en un tema muy complejo pero muy común: la vida.
Ya habrá tiempo de hablar más de el, pero por ahora quiero comentar sobre una obra que a él le inspiró a seguir este camino.
En varios de sus libros menciona esto, pero a decir verdad me tomó tiempo darme cuenta de ello, hasta que en uno de sus textos titulado “¿Quién llorará cuando tu mueras? Lecciones de vida del Monje que vendió su Ferrari”, una obra directa y clara, escrita para retomar todas y cada una de las lecciones que a modo de novela había impartido en sus obras anteriores lo indica como una lección muy especial: ”Lección 36 – Lee Tuesdays with Morrie de Mitch Albom.”
El libro, aunque por su redacción es muy sencillo de leer, hay que leerlo más de una vez, pues bien merece ser leído, analizado, digerido y estudiado una y otra y otra vez, para realmente aprender sobre un poco de su sabiduría.
Y siguiendo la recomendación de Stephen Covey en la que dice: “Para aprender no solo basta con estudiar, hay que compartir lo aprendido y ponerlo en práctica” es que quiero compartir con ustedes algunas lecciones que me ha dejado Morrie:
Lo más importante en la vida es aprender no solo a dar amor sino a recibirlo también.
Pensamos que no lo merecemos o que quedaremos frágiles ante aquella persona que nos está dando su amor. ¿Entonces que pasa? Nuestra inseguridad nos torna tímidos, fríos y hasta indiferentes, mostramos una extraña incomodidad ante una caricia o un beso, apenas nos abrazan y queremos soltarnos, dar la media vuelta y salir corriendo.
El amor no solo hay que aprender a darlo, hay que saber disfrutarlo. Hay que aprender a quedarse quieto, cerrar los ojos y dejarse llevar por esa extraordinaria sensación de sentirse querido, gozar cada caricia, cada abrazo y cada beso.
Después de todo ¿Cómo vamos a saber como dar amor sino sabemos qué se siente recibirlo?
Así que siguiendo con esta recomendación, que ahora hago mía también, no se queden con leer esta lección aquí, digiéranla, practíquenla y compártanla, y por favor déjenme saber el impacto que esto tiene en sus vidas.
Aún hay varias lecciones de Morrie que quiero compartir, pero hay que darse el tiempo de saborear, practicar y compartir lo aprendido así que practiquemos esta lección durante los siguientes días…pronto les compartiré las demás.
QUE BUEN MENSAJE, GRACIAS.¡HAY QUE DEJARNOS QUERER!
Me parece buenísima idea!!!!Un saludo, Efraín y espero la próxima.