Ni bala de plata, ni receta infalible, ni remedios milagrosos…
Si quieres crear campañas de comunicación y marketing exitosas, o si quieres tener éxito en cualquiera que sea la actividad que realices todos los días, solo hay una verdadera constante que está presente: siempre tienes que tomar riesgos.
Por supuesto hay metodologías de planeación estratégica que nos ayudan a entender dónde estamos parados y qué está sucediendo con nuestro consumidor y al respecto del mundo de nuestra marca y su categoría; procesos que nos ayudan a definir claramente los objetivos que queremos lograr; y modelos que nos ayudan a determinar nuestra estrategia y el plan de acción que vamos a ejecutar para lograr estos objetivos, en base al análisis de las diferentes variables que hemos tomado en cuenta.
Y claro que contamos con diversos aprendizajes previos y modelos predictivos y «benchmarks» para guiar nuestra toma decisión y elegir el que creemos que será el mejor camino para llegar al punto que queremos.
Pero seamos claros: No importa cuanto queramos curarnos en salud estudiando y replicado el pasado éxito de otros (o el propio), tenemos que estar dispuestos a arriesgarnos y abiertos a equivocarnos, pues esa es la única forma en la que en verdad podemos seguir avazando.
Hace unos días, mientras explicaba en mi clase de planeación estratégica, que quienes vivimos de la mercadotecnia y la publicidad tenemos que aprender a vivir y trabajar en «prueba y error» o mejor dicho «prueba y lección», una alumna replicó que eso no hacía sentido, que ella se había inscrito a ese diplomado para aprender lo que sí funciona y nada más…
E inmediatamente me llevo a pensar en la cantidad de veces que, en alguno y otro foro, me han preguntado y pedido ver cuáles son los casos de éxito y la fórmula casi secreta que estos desarrollaron para lograrlo.
Y cada vez respondo, a veces con menos paciencia y otras con mayor gracia, que la única constante real que puedo ver entre todos estos «casos de éxito» no es la buena aplicación de su metodología de planeación, ni la buena y clara definición de sus objetivos o la buena creatividad y ejecución que lograron, pues todas estas pueden variar dependiendo de los ojos con que sean vistos. En realidad la única constante verdadera que veo yo es que en todos esos casos entendieron que lo que tenían que hacer era precisamente dejar de buscar fórmulas secretas y balas de plata y simplemente arriesgarse a hacer, a tomar acción, estar dispuestos a equivocarse y a aprender.
Piénsenlo, ¿podrían empresas como P&G, Unilever, Google, FaceBook, Ford, etc. haber llegado a donder están hoy sin haberse arriesgado, sin haber estado dispuestos a equivocarse y a aprender?
Después de todo, como dice Seth Godin en su último libro, Poke the Box: «Recompensamos a quienes dibujan los mapas, no a quienes los siguen».
Efra,
Sin duda un tema interesante. En todas la areas todos quisieramos «el secreto» de lo que funciona. Creo que por los buscadores de secretos se crean los paradigmas que luego son dificiles de cambiar y nadioe sabe por qué las cosas se hacen asi: «Porque a alguien en algún momento asi le funcionaba» Eso hace que las personas ya no quieran tomar riesgos.
Indudablemente en la Mercadotecnia, como en otras disiplinas, podemos planear, proyectar y ejecutar, pero existe una especie de Caja Negra que nadie sabe qué va a pasar despues,
Buen post.
Saludos,
Eloy López.
Sin lugar a dudas interesante, que padre conocer respuestas apropiadas para ese tipo de preguntas. Aveces creemos que la solucion solo se encuentra en la planeacion sin considerar arriesgarse y tomar lo mejor de las lecciones y experiencias para mejorar estrategias.
Buen articulo. Un saludo!
Efra
Hoy en el Community Manager Summit uno de los conferencistas me recordó algo que, por más obvio y lógico que suena, se me había olvidado: para ser exitosos, hay que trabajar y darle duro. En el experimentar, aprender, analizar y volver a empezar se necesita tiempo y esfuerzo que muchas veces pasamos por alto. Queremos una idea grandiosa que de frutos ya, y creo que esa es la verdadera razón del por qué buscamos tan desesperadamente la fórmula mágica.
Así que, además de todo lo que dices en tu post, yo le agregaría el tiempo (sin especificar cuánto, porque no podemos generalizar) y el trabajo arduo como elementos que facilitan las posibilidades de una estrategia exitosa.
Gracias por compartir, Efra.
¡Un abrazo!