Leyendo nuevamente a Robin Sharma, un líder de pensamiento que ha influido mucho en mi en los últimos años diéz años, recordé hacerme una pregunta que hace tiempo no me hacía: ¿Cuál es mi historia?
Es común responder, cuando la gente nos pregunta quiénes somos, cosas como qué hacemos, en qué trabajamos, dónde vivimos, si tenemos familia o incluso, de acuerdo a lo que muchos coaches destacados aconsejan, enlistar los roles que creemos desempeñar en nuestra vida: padre, madre, hijo, hermano, jéfe o subordinado, empresario o empleado, amigo o detractor, estudiante o hasta qué licenciatura, ingeniería o especialidad hemos estudiado, pero ¿Dice todo esto cuál es nuestra historia, en realidad?
Podrá, seguramente contar algo sobre las cosas que hemos hecho, podría incluso dejar ver algunos retos que hemos enfrentado, logros obtenidos y fracasos aprendidos.
Pero para contar nuestra verdadera historia hace falta mucho más.
Hace falta hacerse vulnerable, quitarse la máscara de lo cotidiano y la armadura del estatus para dejar de lado la simple superficie de nuestro día a día y sacar a la vista lo que a solo unos cuantos o a veces a ninguno contamos: Qué queremos de la vida en realidad. Qué nos motiva y nos llena de esa cálida sensación de flotar y simplemente ser, que llamamos, para darle un nombre entendible: realización.
Hace falta cuestionarnos con frecuencia cuál es nuestra visión de la vida, cuáles son nuestros más sólidos principios, cuáles son nuestros más anclados valores e intereses en la vida, no los que la sociedad nos dice que nos debe importar, si no las cosas que atesoramos en verdad. Qué es lo que queremos hacer de nuestra vida y cuál es nuestra misión, en otras palabras, cómo queremos que la gente recuerde haberse sentido estando con nosotros, no qué puesto teníamos ni cuánto dinero cargábamos o que auto manejábamos, sino qué, y cómo, hicímos por ellos.
Identificar con honestidad y humildad cuáles son nuestras más grandes fortalezas y más graves áreas de oportunidad, es decir, reconocer con claridad con qué herramientas contamos y de cuáles nos debemos de hacer para cumplir nuestra misión, con eso que queremos hacer por nosotros y por los demás.
Y entonces definir cuáles son las cosas a las que debemos y estamos dispuestos a darle mayor prioridad y qué estamos o no listos para sacrificar.
Y así poder con mejor atino y mayor seguridad contar quiénes somos y cuál es la historia que estamos escribiendo.
Porque si no sabemos nosotros mismos contar cuál es nuestra verdadera historia, seguramentte nuesta vida terminará relatando la historia que alguien más quería vivir.
¿Y cuál es la mía? La de un (no tan) simple hombre tratando aprender, compartir y ayudar a otros (principalmente en la industría de marketing y comunicación) a desarrollar y fortalecer nuevas y previas competencias, habilidades y conocimiento que les ayude en el desarrollo de su carrera profesional y su vida personal. En otras palabras: que les ayude a escribir su historia personal.
Master of Master´s; EFRAIN, hace ya aprox. 4 años sigo tus POST’s, me es grato y confortable nos compartas de primera mano; lo mejor de tu vida y experiencia profesional, lo anterior me ha ayudado a ser una persona con vision competitiva y NO decaer ante situaciones adversas del dia dia… te felicito! continua con esa trayectoria de exito* … DIOS BENDIGA tu camino*** felicidades!
Muchas gracias por leer DLC y por tus deseos Jaime! Me da mucho gusto saber que en algo te puedo ayudar con estos posts.
Muchas gracias de nuevo y Keep Sharing!!
Efraín
Alguna vez alguien me dijo: ¿como quieres que te recuerden cuando mueras? Trabaja día a día para lograr que toda la gente que te rodea tenga algo bueno de ti, no material, no superficial…; creo coincide en parte con lo que nos dices en este Post Efrain, como siempre muy interesante! Un abrazo.