Tener éxito es muy subjetivo. Lo que para unas personas representa éxito para otras pueden ser señales de futuras crisis.
Lo que atesoran algunos, no necesariamente es igual de apreciado por otros. Hay quienes buscan fama y fortuna, otros balance y espiritualidad, algunos más certeza y solidez económica y otros cuantos una vida más familiar.
Pero no importa cual sea la medida de éxito que busquen en sus vidas, me parece que hay, al menos 6 cosas clave que acostumbran hacer todas las personas que con frecuencia obtienen lo que quieren:
- Levantan la mano, alzan su voz. No se quedan callados, saben lo que necesitan, tienen claro lo que quieren y entienden que el primer paso para obtenerlo es pedirlo.
- No temen compartir su opinión con los demás: saben que no todos pensarán igual pero también saben que tanto derecho tienen ellos como los demás de exponer su punto de vista y dejarle saber a otros, con respeto y claridad, lo que creen que debe ser.
- Preguntan cuando no saben. Comprenden que lo peor que pueden hacer es permanecer callados y asentar ante afirmaciones que no conocen o no terminan de entender. No solo prefieren arriesgarse a preguntar lo que no saben, pero también conocen el valor de la curiosidad en su vida, para todos los días buscar algo nuevo que aprender.
- Hacen preguntas difíciles que ayudan a avanzar al grupo. Saben que a veces las respuestas están puestas a la vista de todos aunque no siempre sean las más cómodas o placenteras. Entienden que es mejor arriesgar, preguntar y enfrentar al grupo a una incómoda discusión, que dejar que las cosas sigan un “reconfortante” curso equivocado que a la larga se convertirá en un problema para todos.
- Levantan su voz con las personas correctas en el momento oportuno. Piden peras al peral no al olmo. No pierden tiempo quejándose de lo que no les gusta de su trabajo o su vida con sus amigos. Prefieren evitar el radio pasillo y si tienen un problema que resolver, una petición que hacer o una sugerencia que ofrecer hablan directo con las personas adecuadas.
- Saben callar y escuchar. No importa que tan buenos son para hablar y presentar sus argumentos, comprenden el enorme valor del silencio. Identifican los momentos claves en que deben callar y escuchar con atención y empatía lo que otros tienen que decir.