En un mundo en el que todo se quiere medir, el peor error que podemos cometer en los negocios es querer medir cada relación como una simple transacción.
Hace poco, en el episodio 106 de Entre MentorES #DLC, mi querido amigo Manuel García Lascurain, actual director de retail y ventas de The Walt Disney Co. (México), empresa donde trabajamos juntos hace muchos años, compartía un par de conceptos realmente importantes para cualquier persona que pretenda desarrollar relaciones de negocio, y para el caso personales, a largo plazo:
- Las relaciones de negocios no son relaciones entre empresas sino relaciones entre personas que representan a los intereses de las empresas. Es decir, las relaciones establecidas entre una empresa y otra, son humanas.
- Cuando existe una paridad de condiciones, una persona normalmente elige hacer negocios con quien ya conoce y aprecia, antes que con un desconocido.
Dicho de otra manera, en palabras Robin Sharma: «People like to do business with the people they like».
Y después de tantos años dedicándome, particularmente a la construcción de relaciones de negocios a largo plazo en la industria de la publicidad, ya sea desde organizaciones como, Walt Disney Parks & Resorts, Google y Twitter con agencias de publicidad o desde grandes agencias como Leo Burnett, Grey Group y BBDO Proximity con grandes anunciantes. He podido comprobar que las relaciones de trabajo más exitosas, las más sólidas, las más cercanas, las más productivas, no se pueden medir tan solo a través de una transacción y de una simple facturación.
La relaciones de negocios, como las personales, no son una simple serie de datos medibles y ajustables que puedan seguirse a través de duros indicadores de desempeño vertidos en un dashboard para indicarnos qué tan exitosos somos con nuestras cuotas trimestrales.
Las relaciones personales no son transacciones que podemos escalar optimizándoles con reducciones de recursos y ajustes en precios.
Las relaciones de negocios jamás deben tener como propósito único, ni principal, cuánto podemos obtener del otro. Ese es el primer y último error que se puede cometer al querer establecer y desarrollar una relación comercial.
Las relaciones de negocios deben tener como fin construir en conjunto y crecer de la mano.
Ambas partes sabiendo lo que cada una trae a la mesa de trabajo para crear una mucho mejor condición para todos, hoy y en el futuro. Entendiendo que en ocaciones una parte tendrá que apoyar más a la otra y vice versa. Reconociendo que cuando esto suceda, no se trata de hacer más por el otro porque el otro quiere abusar sino porque se tiene la co-responsabilidad de seguir avanzando juntos y previendo que si mañana las circunstancias cambian, la otra parte hará lo mismo también.
Las relaciones de negocio, las verdadera relaciones de negocio, están enfocadas en crecer juntos, en crear nuevas oportunidades para todos. En dar y servir antes de pedir y jamás en demandar o exigir.
La única exigencia real que debe existir en una relación de negocios cae sobre la que tenemos que tener de nosotros mismos para conocer y entender las necesidades, inquietudes, ambiciones, miedos, objetivos y capacidades de aquellos con quienes queremos establecer una relación de trabajo para saber si contamos nosotros con lo que se requiere y entendamos si esa es, en verdad, una relación comercial y de negocios que queremos tener.
Porque es muy cierto.
A la gente le gusta hacer negocios con las personas con quien les gusta tratar, pero también es muy cierto que tenemos aprender a hacer el trabajo que más amamos hacer, en servicio de quienes más respetan y hasta llegan a amar el trabajo, pero por ellos podemos hacer.
Si encontramos esta combinación, seguramente habremos encontrado una gran relación de negocios con la que por años, juntos, queramos crecer.
