En tiempos como estos, haz tu parte.
En cualquier momento, haz tu parte.
Hoy y siempre, haz tu parte.
Tu parte es mucho más sencilla de lo que parece. Pero, por sencilla que parezca, la tienes que hacer.
Cuida tu salud. Mantente sano.
Mantén sano tu cuerpo, sí. Pero mantén sanas tus emociones y tu mente también.
Si estás sano no solo podrás hacer bien tu parte, pero podrás ayudar a otros a hacer la suya, a la vez.
Aprecia y agradece cada cosa que tienes en tu vida y las que no tienes también.
Aprecia todo lo que tienes pero, al mismo tiempo, hazlo con total desapego.
Y aprecia todo lo que puedes hacer y todo lo que puedes dejar de hacer.
Cuida a tu familia, mantente siempre presente, con amor, empatía, respeto.
Está siempre presente para ayudar y apoyar, pero no pretendas resolver sus retos y sus problemas. Cada quién tiene que hacer su parte.
Aprende a ser de servicio a lo demás.
Reconoce tu más grandes fortalezas e identifica tu más grandes intereses.
Entiende cómo puedes poner estas en servicio de alguien más.
Reconoce a quiénes puedes servir mejor con lo que mejor sabes hacer y más disfrutas hacer.
Traza un plan, ponlo en práctica. Hazte presente para esas personas y haz tu parte.
Se íntegro, se positivo.
Define bien cuáles son las cosas que más valores en tu vida.
Entiende bien cuáles son los valores y principios con los que quieres guiar to conducta cada día.
Reconoce bien cómo quieres vivir tu vida. Actúa siempre con estos en mente y corazón.
Integra los hábitos y prácticas que día a día al realizarlos te dejarán ver que estás en efecto viviendo la vida que quieres vivir y vívelos cada día.
Encuentra tu ritmo. Define tus pasos. Y haz tu parte.
Tu parte es mucho más sencilla de lo que parece. Pero, por sencilla que parezca, la tienes que hacer.
