“La retroalimentación es un regalo” alguien me comentó la semana pasada.
Buena frase para ponerte a pensar un poco ¿no creen?
Por otro lado, algunas teorías sobre el aprendizaje califican a la retroalimentación como: “un elemento que se utiliza constantemente en la comunicación y que puede favorecer u obstaculizar el aprendizaje”.
¿Por qué entonces deberíamos considerarla como un gran regalo?
La retroalimentación para efectos prácticos, consiste en la información que se proporciona a otra persona sobre su desempeño con intención de ayudarle a reforzar sus fortalezas y superar sus áreas de oportunidad.
La retroalimentación la podemos recibir no solo de nuestros jefes sino de nuestros amigos, de nuestros familiares y de nuestros colaboradores. Vaya hasta un perfecto extraño algún día podría acercarse a darnos algún consejo respecto a lo que estamos haciendo.
El problema con entender que es un regalo verán, se presenta en dos formas muy distintas:
Por eso hoy he aquí esta gran recomendación: Aprende ya a ver la retroalimentación como un regalo:
- No te niegues la oportunidad de escuchar el punto de vista de aquellas personas que sí quieren lo mejor para ti.
- Calla y escucha. No trates de responder y justificar. Absorbe y aprende.
- Como con cualquier regalo, toma de la retroalimentación que te den, lo que en verdad te va a servir a ser mejor. Lo demás considéralo parte de la envoltura.
La próxima vez que alguien se siente frente a ti para compartirte su punto de vista sobre tu desempeño, pon estos tres pasos en práctica y verás por fin el gran regalo que te están haciendo.