Muy poco sé de jardinería, mucho menos de agricultura y agroforestería.
Si me pides distinguir entre una planta y otra, lo más probables es que las confunda y ni siquiera sepa los nombres de ambas.
Pero lo que sí sé, es que hasta el árbol más grande y fuerte fue semilla alguna vez.
Lo que sí sé, es que esa semilla, por fuerte que fuera, tuvo que ser sembrada en tierra fértil que le permitiera crecer. Y sé que las condiciones al rededor de esa semilla necesariamente tuvieron que ser buenas para que esa semilla se convierta en el gran árbol que podía ser.
Sé también que no importa que tan buena sea la semilla, si es sembrada en una pequeña maceta, verá limitado su crecimiento y que que si las condiciones al rededor de la maceta no son favorables, probablemente terminen matando el potencial de la semilla de dar mucho más.
Entiendo que con frecuencia, quien es responsable de la semilla, ignora o mal entiende el potencial tan grane que tiene la semilla; y la coloca en una maceta pequeña y olvidada en una esquina sombría y fría hasta que su planta termina por marchitarse sin dar fruto alguno.
Y comprendo que a veces otras especies de plantas pueden resultas nocivas para el desarrollo de ciertas semillas.
Pero más importante que todo esto, sé que si la semilla es sembrada en tierra fértil, en un campo amplio y bien iluminado, acompañada de otras semillas similares y algunas más que resultan favorables para el desarrollo de todas a la vez; si cuidamos a nuestras semillas, si las plantamos en el lugar correcto, rodeadas del ambiente adecuado y les dedicamos el cuidado, protección y atención que requieren en un principio, esas semillas crecerán y crecerán hasta convertirse en los grandes e inmensos árboles que den sombra, alimento y protección a otras plantas, e incluso a nosotros mismos, a la vez.
